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Hoy la tecnología ha empoderado a la gente

agosto 3rd, 2018

El periodista y empresario Sergio Roitberg acaba de publicar su primer libro: Expuestos. Las nuevas reglas del mundo transparente. “Es algo que vengo pensando hace muchísimo tiempo: cómo evoluciona la comunicación y, básicamente, uno de los catalizadores de este gran cambio -generado por la hiperconectividad- es que estamos todos completamente conectados”, dice el autor al hablar sobre la temática que aborda a lo largo del libro publicado por Conecta.

“El mundo cambió de una forma increíble y yo he visto, desde mi lugar de trabajo, que la comunicación ha evolucionado a un nivel en que la mayoría de la gente no lo puede aprovechar”, observa el empresario. Y es que, básicamente, para el autor hay una resistencia al cambio que impide sacarle todo el jugo a las potencialidades que éste acarrea. “Muchos le ponen el pecho y tratan de enfrentarlo, porque la tecnología amedrenta a mucha gente, le da mucho miedo”, remata.

En un mano a mano con 3Días, el empresario, que actualmente vive en los Estados Unidos, habla sobre estos cambios, sobre el “pensamiento orbital”, que es la nueva forma de pensar que propone en un contexto de update peramente; también hace hincapié en las fake news y en las ventajas que trae aparejada la hiperconectividad.

– ¿Cómo surge la idea de escribir este libro?

-El libro nace como una hoja de ruta para entender esta nueva forma de relacionarnos, en un contexto que le llamo el update permamente, es decir, una actualización permanente que nos rodea. Y el libro lo que hace es decir: “En esta época, lo que arrimamos es un nuevo pensamiento: si el mundo cambió tanto, la pregunta es por qué seguimos haciendo lo mismo”. Y lo seguimos haciendo porque es muy difícil cambiar. Einstein decía que la definición de la locura es hacer 100 veces lo mismo y pretender resultados diferentes. Entonces, lo que planteo en este libro es una nueva forma de pensar.

– ¿Cómo sería esta nueva forma de pensar?

-Le llamo “pensamiento orbital”, y tiene dos elementos importantes. El primero es que no solo nos ayuda en la comunicación, sino en todo, es como si fuera una suerte de mantra. Entonces, uno de los elementos es la recategorización de lo que en el mundo del marketing llamamos target, es decir, un público definido al que quiero cautivar. Hoy, una persona tiene, por ejemplo, 300 personas en WhatsApp, 500 en Facebook, básicamente, influye en una cantidad de gente a la que antes no podía llegar. Entonces, hay una recategorización del target, se convierte en un actor empoderado. Este actor, hoy, somos todos. Y podemos impactar en un producto, en la vida de la gente, en ayudar a una causa social. Lo que le pasa a las empresas, instituciones y gobiernos es que no saben cómo conectarse con esa gente. Y la única forma que creemos que hay para conectarse es encontrando lo que llamo “el propósito compartido”.

– ¿A qué te referís?

-Es un intermedio entre lo que es el interés particular, que en la compañía de telecomunicaciones, por ejemplo, sería que quiere vender la mayor cantidad de data y de minutos posibles, y el interés de la gente, que es estar conectada. Entonces, el libro es una hoja de ruta de cómo relacionarnos mejor entre nosotros, a partir de encontrar un propósito compartido, y entendiendo que la gente es un actor empoderado.

– Decís que no se aprovecha del todo la hiperconectividad. ¿Cómo se le podría sacar más jugo?

-Entendiendo la capacidad que tiene hoy la gente de vincularse a través de los medios sociales. O sea, el cambio hegemónico más grande que hoy existe, o que nos domina en este momento, es, básicamente, que la gente influencia a la gente. Antes, necesitabas que un gran ícono del deporte, de la música o de lo que se te ocurra, influenciara sobre mucha gente. Por eso, las empresas o los gobiernos contrataban a una figura que tenía credibilidad y alcance, conseguían la pauta publicitaria, conseguían una persona que tenía credibilidad y esa persona influenciaba con tu mensaje, con lo que querías contarle a la gente. Hoy, la gente influencia a la gente. Entonces, esos íconos quedaron a un costado, porque yo le creo a una persona que es como yo, no a una gran figura que le pagaron para decir lo que me está diciendo. Entendiendo la potencialidad de la hiperconectividad, si tengo un propósito compartido, puedo construir una conversación interesante. La gente, de alguna manera, va a poder participar en esa conversació

– y no le voy a taladrar el cerebro como en el pasado.

– Escribiste que la hiperconectividad se usa, también, para sembrar el caos en las democracias occidentales. ¿En qué lo ves?

-Es parte de la contraparte. Yo no quiero hacer un juicio de valor, me parece irrelevante. Es como es. Antes, las revoluciones con armas tenían una parte mala, que era la sangre. Ahora, no. Entonces, me parecen mucho menos peligrosas, pero sí, hoy, cualquiera puede convocar algo, sin tener que pasar por ningún filtro. Por ejemplo, en el tema de desarrollar ideas en otras democracias o lugares más autoritarios. En muchos lugares, estas herramientas son una forma para cautivar gente que está en otra parte del mundo, y que puede ser, como vimos en numerosos casos, una posibilidad de generar caos innecesario.

– De hecho escribiste que hoy las guerras se llevan en las redes sociales

-A eso me refiero. El factor dominante de lo que eran las relaciones públicas de las guerras era el manejo de la imagen, sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, es un manejo completamente diferente. Ahora, una de las cosas más importantes es que este mundo -y de eso habla Expuestos- está impactado por cuatro fuerzas: velocidad, transparencia, colaboración y consciencia social. Todo lo que hagamos tiene que estar contemplado bajo el prisma, bajo la mirada de esas cuatro fuerzas, que impactan en todo lo que hacemos.

– También hablás de las fake news. Si bien siempre existieron, con Internet tienen mayor alcance. ¿Cómo se lidia con ellas?

-Es muy difícil explicar cómo lidiar con las fake news cuando tenés un presidente, del país más importante del mundo, que tiene su propia versión de cada una de las cosas. Esto, en América latina, no nos llama la atención; estamos acostumbrados en nuestro país, en algunos países vecinos y centroamericanos. En muchas dictaduras, la gente, de alguna forma, tenía esa forma de ver y de estar convencida de que las cosas son de una forma determinada. Nunca estuvimos ante una exposición del presidente de los Estados Unidos y que lo viene haciendo reiteradamente desde que fue candidato. Entonces, cuando me preguntás cómo se puede dominar eso, creo que la única forma es, justamente, que la gente empiece a hacerse su propia idea de lo que son cada una de las cosas. Es decir, a pesar de que hoy el presidente tiene un alto porcentaje de aprobación, al mismo tiempo, tiene una cantidad de gente que no le cree. Una cantidad de gente que, de ninguna manera, podría seguir lo que él dice. Es un país polarizado. Entonces, al final del día, la única solución es el equilibro que va a lograr, donde la gente va a tener su propia conciencia sobre cada una de las cosas. Antes, era igual, mucha gente no hacía la distinción entre lo que era pago y no. Siento que el fake news no sorprende, porque en las noticias estábamos acostumbrados a manejarnos de otra manera, pero es un equilibro que, finalmente, va a terminar venciendo, y no me cabe ninguna duda que va a volver a su espacio lo que es la verdad. Creo que hoy la gente imagina qué es verdad y qué mentira o qué no es tan verdad.

– Empresario

El argentino Sergio Roitberg es fundador, presidente y CEO de la consultora de comunicaciones Newlink, con sede en Miami y presencia en siete países, entre ellos Argentina. Además, tiene un pasado como periodista que, según él mismo confiesa, arrancó cuando tenía apenas 13 años. A lo largo de su vida, se desempeñó como tal en Canal 13, Canal 11 y Canal 9. Más tarde, formó parte de la CNN y CBS Telenoticias, en los Estados Unidos, donde reside. A lo largo de su carrera, fue nominado cinco veces a los Premios Emmy, que ganó en dos oportunidades. Además de publicar su primer libro, Roitberg se dedicó, en las últimas dos décadas, a viajar por el mundo para dictar conferencias de prensa sobre innovación en los negocios, cambios tecnológicos y estrategias empresariales.

Medio: El Cronista