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Todos estamos expuestos en una gran vidriera

agosto 7th, 2018

Sergio Roitberg es fundador y CEO de Newlink, una consultora de comunicaciones con sede en Miami. Ganador de dos premios Emmy, trabajó como periodista en Canal 13, Canal 11 y Canal 9 en nuestro país, y en CNN y CBS Telenoticias en Estados Unidos. Y es autor de “Expuestos, las nuevas reglas del mundo transparente”, su primer libro.

“Este mundo de hoy está impactado por cuatro fuerzas. Velocidad: los cambios y las cosas suceden a un ritmo vertiginoso, y la comunicación tiene mucho que ver con eso. Transparencia: estamos todos expuestos en una gran vidriera. Colaboración: ha despertado un músculo todo esto que antes no tenía, con las redes sociales, donde colaborar es prácticamente lo que sucede en todo tipo de organizaciones y sociedad. Y conciencia social. Somos una sociedad a nivel mundial cada vez más consciente de lo que éramos hace uno, cinco, diez años. Esas cuatro fuerzas impactan en casi todo lo que hacemos”, asegura Roitberg a Infobae.

– ¿Qué es “Expuestos”?

-Expuestos es la culminación de un pensamiento que vino hace muchísimo tiempo, que me da vuelta a la cabeza hace más de cinco años. Es básicamente una hoja de ruta de cómo podemos interrelacionarnos hoy en día con los diferentes actores que somos todos. Le contábamos a la gente lo que a mí me interesaba, hoy hablamos de conexiones. Esta hoja de ruta permite entender qué es lo que hoy en día le importa a la gente y el poder que tiene la gente cuando decide lo que quiere comprar, lo que quiere hacer, lo que quiere ver. Hoy hay como una suerte de desconcierto en el mundo en general, de cómo podemos capturar ese público que teníamos que cautivarlo como si fuera un pobre animalito, que tiene cara de yo no fui y está en la pradera.

– ¿Esto es bueno o malo?

-No sé si eso tiene respuesta. Yo tenía una amiga que decía “es lo que hay”. Es lo que hay y es lo que va a venir. De alguna manera esto es una regla que nos impone la hiperconectividad. De acá para atrás nada, de acá para adelante mucho. Dicen que el mundo va a cambiar más en los próximos 20 años que en los últimos dos mil. En esa época andaba Jesús envuelto en una túnica tratando de conseguir más gente que pensara lo mismo. Después Romeo y Julieta que no se amaban, la Gioconda que no sonreía. Tenemos que estar preparados para enfrentar ese tsunami que nos plantea la hiperconectividad. Hoy en día, tanto las organizaciones empresariales, las empresas familiares, ni las multinacionales ni los gobiernos, no logran ver cómo hacer para estar a la altura de lo que tienen que estar en ese momento. “Expuestos” es llamarnos a poder entender mejor el mundo de hoy con cosas bastante sencillas.

– Estamos frente a una revolución de la tecnología y la información. La pregunta es, ¿dónde termina esto? ¿O recién empieza este proceso?

-Vamos a un ritmo vertiginoso donde la tecnología nos está dando una cantidad de herramientas y está dándole a la gente un rol que nunca tuvo. El cambio hegemónico más grande que se da hoy en día es que la gente influencia a otra gente. Los medios de comunicación eran la forma con la que podía llegar uno a muchísima gente. Hoy en día, la credibilidad, la que tiene usted como periodista, como el medio, Infobae, ambas cosas están en poder de la gente. La gente le cree a otra gente. Cuando vas al cine mirás qué recomiendan ver. Antes necesitábamos que aparezca un rockstar que nos contara cuál era el desodorante o el mejor jabón que hay que comprar. Ese empoderamiento que tiene la gente es lo que se llama “pensamiento orbital”, lo que planteo en el libro.

(Crédito: Santiago Saferstein)
(Crédito: Santiago Saferstein)
– Usted habla de estas órbitas en donde la información fluye entre la gente, ¿se puede salir de eso? ¿Es posible salir de esas órbitas que nos conectan a todos?

-Hoy en día la mayoría de la gente ni siquiera está entendiendo cómo funciona este mundo de hoy. Sí estamos acostumbrados a taladrarle el cerebro a la gente para que compre, por ejemplo, esta agua mineral. Hoy en día la gente dejó de ser un target y es un actor empoderado. Por ejemplo, una señora que plancha la ropa todos los días de 2 a 4 de la tarde, miraba la novela y veía el jabón en polvo o el detergente. Cuando tenía que ir al supermercado compraba ese producto que le pasaban en televisión. Hoy en día, el mundo está cambiando tanto que esa persona que puede planchar la ropa también tiene 300 personas en el WhatsApp y 500 personas en el Facebook. Si ella quiere contar que ese jabón en polvo o detergente no fue bueno la gente le cree mucho más a ella. Entonces, al final del día eso no es más un target sino que es un actor empoderado. ¿Cómo conectamos esa cantidad de actores empoderados? Encontrando lo que llamo en el libro el propósito compartido, que es muy poderoso. ¿Qué es? Entender cuál es el interés particular que tiene una institución, un gobierno o una empresa. Yo puedo ser por ejemplo el ingeniero Carlos Slim, y su interés puede ser ser el hombre más rico de la tierra, que es un interés legítimo. Por otro lado hay mucha gente que quiere conectarse por Internet, que quiere encontrar a su media naranja en Internet, que quiere conseguir información en Internet, que quiere estudiar en Internet, que quiere elegir dónde va a comer. No le importa lo que quiere el ingeniero Carlos Slim. Entonces, ¿cómo podemos conectarnos con esta gente que no tiene nada que ver? Encontrando un propósito compartido, que es un medio que no pierde el interés en particular pero entendiendo que ese actor empoderado hoy en día, que tiene un propósito colectivo, que es completamente diferente, necesitamos encontrar un medio para poder conectarnos mejor. Tenemos que empezar a ser más humildes y entendiendo que la forma de conectar es entendiendo a la otra persona, no solamente taladrándole en el cerebro. Eso sucede en todos los aspectos de la vida, y va a seguir creciendo eso.

– En el periodismo está lamentablemente de moda el concepto de “fake news”, información que alguien tira y se disemina y a algún determinado sector llega como noticias reales, y son falsas. ¿Qué pasa con los filtros en esta nueva era en la que todos tenemos acceso a todo, todo el tiempo?

-Yo lo relaciono con lo que sucedió en la época cuando cayó Franco en España y empezó el famoso destape español, y en todas las portadas empezaron a aparecer mujeres en ropa interior o en traje de baño o algunas sin ropa. No tenían oportunidad de hacer determinadas cosas dentro del periodismo en el general, estaban prohibidas, y después la gente empezó a contarlas de esa manera. Pasó el tiempo y encontró el nivel. El tema de las “fake news” también. Hasta hace poco había un embudo donde había gente que filtraba la información a su criterio, cosa que era muy buena porque uno podía poner un colador y sabía que pasaba por ahí. Hoy en día ese colador se corrió, y toda la gente tiene la oportunidad de tener su propio medio, eso va a encontrar un lugar que seguramente vamos a poder nivelar eso que sucede hoy en día con las “fake news”, que cualquiera inventa cualquier cosa y lo pone. Tenemos un tema complicado en Estados Unidos, porque en el país más importante del mundo tenemos al presidente que se encarga de decir, según un estudio que salió hace un par de días en la CNN, creo que ha aumentado la cantidad de mentiras por día, y que suma creo que entre 18 y 24 mentiras todos los días. “Fake News”. Entonces a partir de ese momento es muy difícil establecer un parámetro, porque esa persona a nivel mundial, te guste o no la orientación política, es un ícono de lo que hay que hacer después de la segunda guerra mundial.

– ¿Qué pasa con la política y la manera de hacer política con esta revolución de la información? Ahora tenemos aquí el caso de los cuadernos y las coimas de la obra pública. ¿Qué pasa con la manera de hacer política?

-Tengo un amigo que no es muy tecnológico y me decía “en este mundo de hoy no hagas nada que no vas a poder contar, porque todo lo que hagas se va a saber”.

– Seguramente en aquel momento no contaban con un chofer que iba a escribir todo lo que se hacía…

-Lo que pasó en este destape de información que hubo en estos últimos días es como consecuencia de alguien que es completamente análogo, no tiene que ver con la parte digital. Básicamente no hay nada nuevo en esto. Lo que sí, en el mundo de hoy que estamos completamente expuestos en una gran vidriera, cada cosa que uno haga debería pensar que lo va a tener que contar. Y yo creo, como me imagino que casi todos, esta gente pensó que no iban a necesitar contarlo. El mundo está cambiando y hoy el escrutinio es mucho mayor. En “Expuestos” digo que este mundo de hoy está impactado por cuatro fuerzas. Velocidad: los cambios y las cosas suceden a un ritmo vertiginoso, y la comunicación tiene mucho que ver con eso. Transparencia: estamos todos expuestos en una gran vidriera. Colaboración: ha despertado un músculo todo esto que antes no tenía con las redes sociales donde colaborar es prácticamente lo que sucede en todo tipo de organizaciones y sociedad. Lo que sucede con los reclamos, se conectan por WhatsApp y la gente se congrega para protestar por una causa común. Y la última es la conciencia social. Somos una sociedad a nivel mundial cada vez más consciente de lo que éramos hace uno, cinco, diez años. Esas cuatro fuerzas impactan en casi todo lo que hacemos. Si yo cuando voy a planear algo no logro pensarlo de esta manera en algún momento va a fallar algo de lo que estoy por hacer. Yo no puedo desarrollar un producto que hoy en día contamina el medio ambiente. No puedo buscar un resultado financiero en una inyección que salva a gente que tiene problemas asmáticos. Si yo crezco el valor que tiene esa medicina, al final del día la sociedad me castiga. Sin embargo, los accionistas van a estar muy contentos porque sube el valor. La sociedad se plantea por ejemplo básicamente el cómo hacés las cosas.

Medio: Infobae